¿A QUÉ JUGAMOS?
Esta pregunta, se la hacen todos los alumnos de mi clase cuando salen al recreo: ¿cogemos una pelota?, ¿jugamos al fútbol?, ¿buscamos insectos?, ¿nos balanceamos en el columpio?, ¿damos un paseo?, etc.
Antes de nada, repasemos las características del JUEGO:
Los siguientes autores, nos revelan la importancia del juego en la infancia:
FREUD (1856-1939), habla del juego como un proceso interno de naturaleza emocional. El juego como un proceso análogo de realización de deseos insatisfechos y como una oportunidad de expresión de la sexualidad infantil (sentimientos inconscientes).
HERBERT SPENCER (1820-1903), en su libro Principios de psicología, expone su teoría de la energía sobrante (1855), basada en la idea expresada por Schiller unos años antes.
Según Spencer, los seres vivos tienen una cantidad limitada de energía para consumir diariamente, pero no todas las especies la gastan en la misma proporción.
MORITZ LAZARUS (1824-1903), tratando de rebatir la teoría de Spencer, propuso la teoría de la relajación (1883).
Para Lazarus, el juego no produce gasto de energía sino al contrario, es un sistema para la relajar a los individuos y recuperar energía en un momento de decaimiento o fatiga.
VYGOTSKI (1896-1934), creó la Teoría sociocultural de la formación de las capacidades psicológicas superiores fundamentando el juego como:
a. Valor socializador
b. Y como factor de desarrollo esencial para los individuos. Para el, el juego constituye el motor del desarrollo en la medida en que crea Zonas de Desarrollo Próximo.
ZDP: es la distancia que hay entre el nivel de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver un problema sin la ayuda de nadie (Zona de Desarrollo Real), y el nivel de desarrollo potencial, determinando por la capacidad de resolver un problema con la ayuda de un adulto o de un compañero más capaz (Zona de Desarrollo Potencial).
Por todo el valor que tiene el juego en la infancia, debemos dejar al niño esa "libertad" para la exploración.
Antes de nada, repasemos las características del JUEGO:
- Es una actividad placentera
- El juego debe ser libre, espontáneo y totalmente voluntario
- El juego tiene un fin en sí mismo
- El juego implica actividad
- El juego se desarrolla en una realidad ficticia
- Todos los juegos tienen una limitación espacial y temporal
- El juego es una actividad propia de la infancia
- El juego es innato
- El juego muestra en qué etapa evolutiva se encuentra el niño o la niña
- El juego permite al niño o la niña afirmarse
- El juego favorece su proceso socializador
- El juego cumple una función compensadora de desigualdades, integradora, rehabilitadora
- En el juego los objetos no son necesarios
Los siguientes autores, nos revelan la importancia del juego en la infancia:
FREUD (1856-1939), habla del juego como un proceso interno de naturaleza emocional. El juego como un proceso análogo de realización de deseos insatisfechos y como una oportunidad de expresión de la sexualidad infantil (sentimientos inconscientes).
Según Spencer, los seres vivos tienen una cantidad limitada de energía para consumir diariamente, pero no todas las especies la gastan en la misma proporción.
MORITZ LAZARUS (1824-1903), tratando de rebatir la teoría de Spencer, propuso la teoría de la relajación (1883).
Para Lazarus, el juego no produce gasto de energía sino al contrario, es un sistema para la relajar a los individuos y recuperar energía en un momento de decaimiento o fatiga.
VYGOTSKI (1896-1934), creó la Teoría sociocultural de la formación de las capacidades psicológicas superiores fundamentando el juego como:
a. Valor socializador
b. Y como factor de desarrollo esencial para los individuos. Para el, el juego constituye el motor del desarrollo en la medida en que crea Zonas de Desarrollo Próximo.
ZDP: es la distancia que hay entre el nivel de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver un problema sin la ayuda de nadie (Zona de Desarrollo Real), y el nivel de desarrollo potencial, determinando por la capacidad de resolver un problema con la ayuda de un adulto o de un compañero más capaz (Zona de Desarrollo Potencial).
TEORÍA PRAXIOLÓGICA. PIERRE PARLEBAS (1934), trata de desarrollar un objeto de estudio el gran conjunto de las actividades físicas, analizando desde una perspectiva sistémica y estructuralista, los diversos juegos en relación con la sociedad y la cultura donde se realizan.
Por todo el valor que tiene el juego en la infancia, debemos dejar al niño esa "libertad" para la exploración.
Durante la jornada, y hablando de educación infantil, casi todo el tiempo está programado y por tanto dirigido: juegos, realización de fichas, jugar en el rincón que les toque cada día, la gimnasia... Por ello es importante que los niños tengan a su disposición un tiempo libre, en el que ellos gestionen ese tramo horario, en los juegos que prefieran y con los niños que prefieran.
Cuando observo a los alumnos de infantil jugar en el recreo, veo que revelan los auténticos niños que son. Llamaría a esas experiencias "los juegos de la libertad", porque al tomar decisiones (a qué jugar, con qué niños jugar, qué hacer...) también se enriquecen. Observo que aprenden cosas y juegos que en clase no las pueden aplicar, porque la jornada está demasiado programada.
Pienso, que durante ese tiempo, los adultos pueden intervenir para iniciar algún juego, sobre todo si se observan niños que están solos, y les cuesta relacionarse con otros niños.
Por tanto, pienso que el recreo más apropiado sería, el juego semi-dirigido.
Una buena idea sería, que al inicio del curso se establezcan rincones o zonas de juegos determinados en el patio. Los docentes, pueden jugar durante las primeras semanas de curso con ellos. De este modo, promoverían nuevos juegos, que ellos seguramente desconocerían.
En la actualidad, existen patios de recreo con juegos pintados en el suelo, lo que me parece bastante positivo y enriquecedor.
El tiempo libre, también es importante para ellos; les hace pensar de manera autónoma, se fomenta la imaginación, se deshiniben, juegan con niños de diferentes edades... En el momento que intervienen los adultos, la imaginación no es igual, ya que normalmente, los juegos dirigidos establecen unas pautas de funcionamiento, en las que todos tienen que seguir una serie de normas.
Me viene a la mente una imagen de Tonucci, El tiempo está tan dirigido, que cortamos la valiosa creatividad nata que los niños poseen. Cuando llegan a edades superiores y en algún momento se le pida al alumno que haga algún trabajo según sus preferencias, se quedará tan aturdido, que se preguntará ¿Pero cómo tengo que hacerlo? esperando que sean los docentes quienes les den las pautas para sus propias creaciones.
Pienso, que durante ese tiempo, los adultos pueden intervenir para iniciar algún juego, sobre todo si se observan niños que están solos, y les cuesta relacionarse con otros niños.
Por tanto, pienso que el recreo más apropiado sería, el juego semi-dirigido.
Una buena idea sería, que al inicio del curso se establezcan rincones o zonas de juegos determinados en el patio. Los docentes, pueden jugar durante las primeras semanas de curso con ellos. De este modo, promoverían nuevos juegos, que ellos seguramente desconocerían.
En la actualidad, existen patios de recreo con juegos pintados en el suelo, lo que me parece bastante positivo y enriquecedor.
Me viene a la mente una imagen de Tonucci, El tiempo está tan dirigido, que cortamos la valiosa creatividad nata que los niños poseen. Cuando llegan a edades superiores y en algún momento se le pida al alumno que haga algún trabajo según sus preferencias, se quedará tan aturdido, que se preguntará ¿Pero cómo tengo que hacerlo? esperando que sean los docentes quienes les den las pautas para sus propias creaciones.
Si queremos que nuestros alumnos sean creativos, debemos promover también la libertad del propio niño. Cada niño es diferente, su pensamiento y modo de entender el mundo no es el mismo que el de los demás, y aunque las clases magistrales a la hora de explicar algún concepto tengan que existir, debemos permitir la diversidad del pensamiento.
A veces, llega un momento, que no se tienen tan en cuenta las diferencias individuales, y esto, debe ser reflexionado por los docentes de todas las aulas.
También es cierto, que la jornada escolar, exige un funcionamiento activo en el que a veces, se prefiere la productividad antes que dedicar un tiempo a escuchar y comprender como llegan al mismo concepto tantos niños, atendiendo a las diferencias individuales. Pero esto también sucede, porque en las aulas de infantil, hay demasiados niños para un solo docente. En mi opinión, no estaría nada mal que hubiese un docente y un técnico o reducir la ratio en esta etapa, para conseguir una educación de calidad, en la que se atiendan, de forma más individualizada, las diferencias de los alumnos.
Por todos estos argumentos, el recreo es un tiempo libre esencial, en el que cada niño siente la libertad de ser y actuar como es, sin cohibirse ni contenerse de aquello que quiera hacer: correr, saltar, gritar, jugar a lo que más les guste, etc. En este tiempo, la presencia e intervención del adulto puede ser puntual, para guiar en nuevos aprendizajes, motivar e incentivar la participación activa de los niños.
Yo también fuí niña, y recuerdo el tiempo libre como un momento primordial en mi día a día. Momento de reencuentros con niños de diferentes edades, en el cada día aprendíamos diferentes juegos los unos de los otros.
La naturaleza del juego debe ser libre. El adulto puede enseñar a los niños diferentes juegos, lo que es bastante enriquecedor para ellos, pero la experiencia de disfrutarlos, debe ser espontánea y libre. Será en esas experiencias, donde ellos se conozcan así mismo más y mejor. Comprenderán sus habilidades y limitaciones, compartirán valores, intermediarán en conflictos que serán resueltos, observarán su entorno y lo investigarán, y un sinfín de anécdotas que perdurarán para toda la vida.
El juego libre es una oportunidad muy valiosa de crecer como persona, y por ello pienso, que es esencial respetar esos momentos, que les pertenecen a ellos y sólo a ellos. De este modo, los niños son niños, dejan volar su imaginación y son capaces de crear e involucrarse en un mundo paralelo al que conocemos nosotros, el de la imaginación.
Es muy enriquecedor, promover juegos populares que tan olvidados quedan, debido a los cambios sociales a los que los niños se ven sometidos. Así que por favor...
¡reivindiquemos los juegos tradicionales!
A veces, llega un momento, que no se tienen tan en cuenta las diferencias individuales, y esto, debe ser reflexionado por los docentes de todas las aulas.
También es cierto, que la jornada escolar, exige un funcionamiento activo en el que a veces, se prefiere la productividad antes que dedicar un tiempo a escuchar y comprender como llegan al mismo concepto tantos niños, atendiendo a las diferencias individuales. Pero esto también sucede, porque en las aulas de infantil, hay demasiados niños para un solo docente. En mi opinión, no estaría nada mal que hubiese un docente y un técnico o reducir la ratio en esta etapa, para conseguir una educación de calidad, en la que se atiendan, de forma más individualizada, las diferencias de los alumnos.
Por todos estos argumentos, el recreo es un tiempo libre esencial, en el que cada niño siente la libertad de ser y actuar como es, sin cohibirse ni contenerse de aquello que quiera hacer: correr, saltar, gritar, jugar a lo que más les guste, etc. En este tiempo, la presencia e intervención del adulto puede ser puntual, para guiar en nuevos aprendizajes, motivar e incentivar la participación activa de los niños.
Yo también fuí niña, y recuerdo el tiempo libre como un momento primordial en mi día a día. Momento de reencuentros con niños de diferentes edades, en el cada día aprendíamos diferentes juegos los unos de los otros.
La naturaleza del juego debe ser libre. El adulto puede enseñar a los niños diferentes juegos, lo que es bastante enriquecedor para ellos, pero la experiencia de disfrutarlos, debe ser espontánea y libre. Será en esas experiencias, donde ellos se conozcan así mismo más y mejor. Comprenderán sus habilidades y limitaciones, compartirán valores, intermediarán en conflictos que serán resueltos, observarán su entorno y lo investigarán, y un sinfín de anécdotas que perdurarán para toda la vida.
El juego libre es una oportunidad muy valiosa de crecer como persona, y por ello pienso, que es esencial respetar esos momentos, que les pertenecen a ellos y sólo a ellos. De este modo, los niños son niños, dejan volar su imaginación y son capaces de crear e involucrarse en un mundo paralelo al que conocemos nosotros, el de la imaginación.
Es muy enriquecedor, promover juegos populares que tan olvidados quedan, debido a los cambios sociales a los que los niños se ven sometidos. Así que por favor...
¡reivindiquemos los juegos tradicionales!
BIBLIOGRAFÍA:
El juego infantil y su metodología. Ed. Altamar. ISBN: 978-84-96334-52-6
Es casi un milagro que los métodos de enseñanza modernos no hayan obstruido todavía la santa curiosidad de averiguar, pues aparte de los estímulos iniciales, esta delicada planta necesita sobre todo libertad; sin ella se secará.
ALBERT EINSTEIN
ALBERT EINSTEIN





No hay comentarios:
Publicar un comentario